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El origen antiguo de la medicina

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Escena de sacrificio de un bobino. Tumba de Rekhmire TT100, Tebas, Egipto (Davies, 1943: Lám LXXXII, vol 2).

Es interesante observar cómo la medicina en el antiguo Egipto tenía sus raíces en la observación y el cuidado de los animales, en particular del ganado. La falta de disección humana en ese contexto limitaba su conocimiento de la anatomía humana, y gran parte de lo que sabían sobre el funcionamiento de los seres vivos se derivaba de la experiencia adquirida al criar y cuidar animales. La domesticación y el cuidado de los animales desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de la medicina en esta civilización.

Esta relación entre la salud humana y animal era bidireccional, ya que los pastores egipcios debían velar por la salud de sus animales para garantizar su propio bienestar, y en muchos casos, su supervivencia. La propagación de enfermedades entre el ganado también amenazaba la salud de los seres humanos, lo que motivaba a los pastores a aprender a identificar y tratar afecciones animales. Además, la conexión entre la salud animal y humana se refleja en prácticas de inspección de la carne, como las mencionadas en la Biblia, que se implementaron para garantizar que la carne consumida fuera segura y libre de enfermedades. Estas prácticas demuestran cómo las sociedades antiguas reconocían la importancia de mantener la salud de los animales como parte integral de su propia salud y bienestar.

Los conocimientos médicos y veterinarios que encontramos en los antiguos papiros egipcios proporcionan valiosa información sobre la comprensión de la anatomía y las prácticas médicas en la antigua civilización egipcia. En este sentido, llama la atención que muchos de los jeroglíficos referidos a partes del cuerpo humano, son en realidad de animales (Allen, 2005). Algunos de los papiros más renombrados incluyen el Papiro de Kahún, el Papiro de Ebers, el Papiro de Hearst, el Papiro de Smith, el Papiro de Erman, el Papiro de Berlín y el Papiro de Londres. Estos documentos no solo contienen procedimientos curativos, sino también plegarias y encantamientos destinados a ayudar en la recuperación de los enfermos. La religión y la magia desempeñaron un papel importante en la práctica médica y veterinaria de la antigua civilización egipcia.

El Papiro Edwin Smith es un documento médico que fue adquirido en 1862 por Edwin Smith, un egiptólogo, prestamista y anticuario estadounidense, en Luxor, Egipto. Smith conservó este papiro hasta su fallecimiento en 1906, y luego su hija heredó el documento. En 1920, la Sociedad de Historia de Nueva York recibió el papiro como donación de la hija de Edwin Smith. Posteriormente, encomendaron a James Breasted la tarea de traducir este antiguo tratado quirúrgico[1]. El documento es un rollo de más de 4 metros y medio de longitud y aproximadamente 40 cm de ancho. Este valioso documento médico detalla minuciosamente 48 tipos diferentes de heridas de guerra que pueden afectar diversas partes del cuerpo humano. Proporciona descripciones anatómicas precisas de estas lesiones y describe los tratamientos racionales que se deben aplicar en cada caso, incluyendo las técnicas de sutura correspondientes. Este papiro se estructura en 48 casos, en su mayoría relacionados con lesiones traumáticas. Su enfoque en instruir a los médicos sobre cómo examinar a los pacientes y buscar signos físicos que revelen el alcance de las lesiones representa un avance en el pensamiento médico. Además, se caracteriza por su enfoque lógico y deductivo, hace más de 5.000 años. Desde 1948, el Papiro Edwin Smith se encuentra bajo la custodia de la Academia de Medicina de Nueva York, donde se conserva como un importante tesoro histórico y médico.

Por su parte, el como el Papiro Ebers, fue hallado en el distrito de Assasif, en la necrópolis de Tebas, y encontrado oculto entre las piernas de una momia. A diferencia del Papiro Edwin Smith, el Papiro Ebers es de dimensiones más modestas, con una longitud de 20-23 metros y un ancho de 30 centímetros. Este papiro también está escrito en hierático, un sistema de escritura simplificado utilizado para la redacción de textos cotidianos, incluyendo los religiosos, legales y administrativos. Después de que Edwin Smith lo adquiriera inicialmente, el papiro llegó a manos de George Moritz Ebers, un destacado egiptólogo y escritor alemán. Ebers nació en Berlín en 1837 y recibió una sólida educación académica en las universidades de Gotinga, Berlín y Jena. A la temprana edad de 28 años, Ebers se convirtió en profesor de Egiptología en la Universidad de Jena y continuó su carrera docente en Leipzig.

El Papiro Ebers se cree que fue escrito alrededor del año 1500 a.C., durante el reinado de Amenhotep I, el segundo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Amenhotep I también es conocido por otras grafías, incluyendo Amenofis. Este papiro es un valioso compendio del conocimiento médico acumulado a lo largo de los siglos anteriores y, curiosamente, en su contenido se hace referencia de manera anacrónica a eventos que datan de aproximadamente el año 3000 a.C. El Papiro Ebers consta de 877 secciones que abordan diversas patologías, que van desde ginecológicas hasta dermatológicas, urológicas, gastrointestinales, demencia, depresión y más. Además, proporciona recetas médicas basadas en el uso de más de 700 sustancias diferentes. También contiene conjuros destinados a buscar la protección de los dioses tanto para los pacientes como para los propios médicos. Los egipcios creían que muchas enfermedades tenían su origen en la influencia de espíritus malignos, y por lo tanto, estos conjuros se consideraban esenciales tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de las afecciones médicas de la época.

Por otra parte, uno de los hitos significativos en la historia de la medicina veterinaria es la primera mención que encontramos en el «Papiro de Kahun», que data del año 1800 a.C. Apenas después, en el famoso «Código de Hammurabi», también se hace referencia a la medicina veterinaria. Es cierto que la existencia de veterinarios en el antiguo Egipto se basa en pruebas principalmente circunstanciales, sin embargo, se puede deducir a partir de la naturaleza religiosa del tipo de escritura utilizada en el Papiro de Kahún, que las cuestiones veterinarias estaban bajo la responsabilidad de los sacerdotes. Además, las inscripciones funerarias encontradas en la cantera de Hatnub también sugieren que los sacerdotes desempeñaban un papel importante en asuntos relacionados con la veterinaria.

El papiro Edwin Smith, junto con el papiro Ebers, desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del conocimiento médico en la antigüedad. Estos documentos permitieron a los estudiantes egipcios de medicina buscar información sobre diversas dolencias con el objetivo de diagnosticar y tratar una amplia gama de afecciones, que iban desde lesiones en la cabeza hasta procedimientos quirúrgicos avanzados, como la cirugía transesfenoidal. En el antiguo Egipto, el conocimiento anatómico y médico del cuerpo humano se basaba en el conocimiento acerca de la disección veterinaria, las lesiones causadas por accidentes en la guerra y el trabajo, y en menor medida, en las prácticas de momificación.

Se cree que los antiguos griegos estaban familiarizados con el contenido del papiro Edwin Smith y que lo utilizaron como referencia en sus propios escritos médicos. En la ciudad de Alejandría, figuras destacadas como Herófilo y Erasístrato llevaron a cabo disecciones humanas, lo que representó un paso más en el estudio de la anatomía humana. Así pues, la teoría de la anatomía médica y clínica desarrollada por los egipcios pudo haber influido en el pensamiento médico griego. Figuras como Galeno y Aristóteles a menudo se consideran los padres de la anatomía, aunque Galeno, por su parte, si bien cometió errores significativos en su comprensión de la anatomía humana debido a su falta de disección de cadáveres humanos, lo cierto es que como médico que fue de gladiadores en la antigua Roma, desempeñó un papel crucial en el conocimientos sobre las heridas de los gladiadores, y la oportunidad de ver numerosas lesiones y traumas, lo que le proporcionó una valiosa comprensión de la anatomía humana. A pesar de que las leyes de la época prohibían la disección de cadáveres humanos, Galeno sació su curiosidad anatómica disecando animales como aves, cerdos y monos. Habiendo escrito casi 400 textos médicos a lo largo de su vida, dejó un legado médico cuya influencia se extendió durante siglos, que se convirtieron en textos de referencia en la práctica médica y la anatomía en la Edad Media.

El Renacimiento marcó un período crucial en el estudio de la anatomía humana, ya que se retomaron las enseñanzas hipocráticas y se establecieron las bases de la medicina moderna. Durante esta época, se abrió un nuevo capítulo en la historia de la medicina con la exploración del Nuevo Mundo por parte de Cristóbal Colón, lo que llevó al descubrimiento de nuevas poblaciones y la creación de hospitales en América. Entre 1500 y 1550 se construyeron numerosos hospitales en las Indias, y muchas de estas edificaciones históricas se conservan hoy como patrimonio protegido (Roca Barea: secc.27). Las enseñanzas hipocráticas se utilizaron como fundamento para la formación de la medicina moderna, y los médicos pioneros del siglo XVII estudiaron los textos griegos antiguos como una fuente importante de sus ideas médicas.

Bibliografía

Allen, J. P. (2005). The art of medicine in ancient Egypt. Metropolitan Museum of Art.

Barea, E. R. (2022). Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español: Vol. 130. Siruela.

Davies, N. D. G. (1943). The tomb of Rekhmire at Thebes: Vol. 2. New York

The Veterinary Student (1939). History of Veterinary Medicine, Iowa State University Veterinarian: Vol. 2, 1


[1] Extraído en https://www.sac.org.ar/historia-de-la-cardiologia/apuntes-sobre-la-angina-de-pecho-y-la-enfermedad-coronaria-de-papiros-y-de-momias/ (23/09/2023).

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