“La objetividad es indispensable para la libertad.
La subjetividad es indispensable para la manipulación”.
M.I.H.F.
Actualmente, cuando nos enfrentamos al patrimonio buscamos identificarnos con él a través de elementos distintos de los históricos para que nos represente. El monumento de Francisco de Aguirre, militar y explorador español, ubicado en La Serena (Chile) celebra la fundación de la ciudad, pero a la pieza se le atribuyen otros significados negativos relacionados con las dinámicas de conquista que involucran a los indígenas y a los españoles, por lo que una parte de la comunidad de la ciudad rechaza la obra (Cortés Ferreira, 2020). López Obrador, presidente mejicano, exige a España una disculpa institucional por “las atrocidades cometidas sobre los pueblos indígenas”, aunque Méjico no existiese como nación en 1519 (Ríos Saloma, 2021: secc. 4). En este sentido se sucede un encadenamiento de polémicas históricas de semejante envergadura en relación al imperio español.
El rechazo a lo hispano muestra el anhelo de eliminación y negación del pasado en un intento por volver al origen, sea cual sea y estuviere donde estuviere este. El repudio hacia figuras hispanas como las de Fray Junípero Serra y las de Colón, consigue que el imperio ya desaparecido, parezca más vivo que nunca. Las imágenes de Colon, por ejemplo, se retiraron de los Ángeles por conmemorar “a un genocida”, pero nada más lejos de la realidad, ya que el objetivo de Colon no fue otro que el de encontrar una ruta más directa hacia Asia. También son objeto de vandalismo estatuas de Juan de Oñate y hasta la de Cervantes. Los denominados como “Black Lives Matter”[1] son a veces las cabezas visibles de esta iconoclastia.
El patrimonio ahora desarticula, separa y emprobrece intelectualmente. A este respecto, María Saavedra Inaraja (2020: 10), trata de explicar en su informe think tank The Hispanic Council[1] la corriente destructora que afecta a las imágenes de Colon:
“Se dice para justificar las actuaciones contra las imágenes de Colón, que ofende a los descendientes de los pueblos originarios contemplar símbolos de la represión de sus antepasados. Esa consideración no resiste ninguna réplica argumental de carácter científico acerca de la historia de América. En el caso de los pueblos colonizados por España, que en su día -y a lo largo de tres siglos- fueron parte de la Monarquía Hispánica, basta con ver imágenes de la realidad contemporánea para darnos cuenta de que el mestizaje niega cualquier afirmación en defensa de la existencia de un genocidio. En el mismo sentido podemos considerar la existencia de numerosas comunidades indígenas que hoy conservan sus lenguas de origen prehispánico”.
Siguiendo esta corriente, el tradicional día de “Columbus Day” (14 de octubre) tiene ahora un sentido negativo respecto de los españoles, a la vez que exonera a los anglosajones que vinieron inmediatamente después, quienes tratan de evitar hablar de un hecho incuestionable, el de la sistemática e institucionalizada desaparición hasta la total extinción de indios en suelo norteamericano (Doval, 2009:152). De nuevo, el pasado en lugar de resignificarse rigurosamente, se ensombrece para eludir responsabilidades.
Cuando se habla de las “atrocidades de los españoles”, se cita generalmente a Fray Bartolomé de las Casas y su obra la Brevísima (1551), un trabajo actualmente contrastado y superado debido a los flagrantes sesgos e imprecisiones (Roca Barea, 2016: secc.2). Sin embargo, dicha obra fue reeditada por Holanda y Francia en 1578 con el añadido Tiranías y crueldades perpetradas por los españoles en las Indias Occidentales. Para que sirvan de advertencia a los Países Bajos, cuyo aporte historiográfico supuso la deformación de los hechos ocurridos en el pasado (Ibáñez, 2018: secc.16).
A la luz de nuevos datos arqueológicos, recientes estudios e investigaciones parecen demostrar que el español cuando dominaba buena parte del mundo no era el demonio del mediodía (Vélez Cipriano, 2014: 77), sino un agente integrador que construyó las bases para una cultura que duró 300 años y que nos caracteriza actualmente (Maynard, 1959). Entonces, ¿por qué la herencia española de aquí y de allá es tan denostada a través de sus imágenes urbanas?. Guadalupe Jiménez Codinach (2021) explica que existen múltiples lecturas interesadas de la historia, especialmente en la historiografía anglosajona. John Elliot (2017) por ejemplo, insiste contra toda evidencia, en hacer una comparación imposible entre el imperio inglés y el imperio español, cuando no tuvieron lugar en la misma época, ni duraron lo mismo, ni sus efectos fueron los mismos, como explica Roca Barea (2016: secc. 25). Utilizar la imprecisión histórica, los datos los sesgados y preferir las opiniones por encima de los datos científicos, tiene el efecto de desfavorecer siempre lo hispano, curiosamente. Estados Unidos por ejemplo, parece querer borrar la herencia hispánica en aquellos territorios que pertenecieron al virreinato de la Nueva España y luego a Méjico. Para Saavedra Inaraja (2020), lo que se busca es “(…) el desprestigio de esa cultura que con los años va a aumentando como una mancha de aceite. Todo ello mientras el país en general (Estados Unidos) está viendo cuestionada su hegemonía mundial frente a China en una guerra de incierto final”, en el contexto de la presión que supone el aumento de la población hispana. Sin embargo, a pesar de que el imperio español desapareció, según el informe 2020 del Instituto Cervantes[2], cerca de 600 millones de hablantes utilizan el español, y de estas, unos 489 millones heredan esta lengua de forma nativa. En total, el 7,5 % de la población mundial practican esta lengua. Por otra parte, en 2020, más de 22 millones de estudiantes eligieron este idioma como lengua extranjera, y se prevé que haya más hispanohablantes dentro de cincuenta años, de tal manera que Estados Unidos será el segundo país hispanohablante del mundo, después de México con un 27,5 % de estadounidenses de origen hispano.
La propia Academia de la Historia Española emitió un revelador informe acerca de la Primera Circunnavegación a la tierra[3], para poner fin a las especulaciones sobre la autoría española de este hito histórico, argumentando lo siguiente:
“(…) A petición de parte y, al amparo del artículo IV de nuestros Estatutos esta Real Academia emite informe sobre los hechos históricos objetivos que demuestran la españolidad oficial de la gesta marítima que culminó con la Primera Circunnavegación a la tierra. La petición recibida se basa en la necesidad social de atender a los muchos interrogantes que han planteado las autoridades portuguesas al intentar capitalizar la paternidad de la gesta por ser Magallanes natural de Portugal. Con este informe se pretende evitar que la Conmemoración de estos años se conviertan en una fuente de disidencias entre los dos países vecinos (…)”.
Abordar el patrimonio en los lugares de gran complejidad histórica exige una rigurosa comprensión territorial (Roselló Cerezuela, 2004: 61-68), ya que de lo contrario, podríamos estar fomentando un tipo de interpretación que disfrazada de relectura inclusiva, serviría de instrumento desintegrador de un pasado común. «Todo pasado se contamina con problemas del presente, y es peligroso volver al pasado y tergiversarlo porque se ocultan los problemas actuales. Eso son los populismos»[4], afirma Carmen Iglesias. En este sentido, el vocablo “Latinoamérica”, impuesta por los franceses, proyecta sombras e inexactitudes históricas provocando la desaparición de la referencia española en lo tocante a América. En su lugar, la historiadora Roca Barea (2016: secc.2) propone utilizar en su lugar “Hispanoamérica”, “Suramérica” o “Iberoamérica” porque definen mejor el nexo común entre todos los hispanos.
Para Ortiz, las nuevas formas de vivir y de ver la vida interpretan los centros históricos y su patrimonio como viejas fórmulas estáticas que no se transforman a la velocidad de sus expectativas. La desaparición del patrimonio es la desaparición del efecto centralizador y el fortalecimiento del individualismo propio de los pequeños grupos que habitan las nuevas ciudades (Ortiz, 2010: 23-24), cuyo corazón y fundamento, paradójicamente, reside en el testimonio de su patrimonio histórico, donde para bien o para mal se halla su identidad.
Esto no sería dañino si no fuera porque lo que la comunidad necesita es el consenso y el acuerdo. Para fortalecer la memoria social compartida, quizás debamos incorporar nuevos elementos patrimoniales a modo de caras de un poliedro, cuya superficie podríamos ir aumentando gradualmente para representar a todos los agentes involucrados. Equilibrar así el pasado quizás sea una estrategia más respetuosa, solidaria y creativa que eliminar las referencias que nos fortalecen y enriquecen. Los ciudadanos tenemos derecho a la objetividad, por pequeña que esta sea, y a estar protegidos de desafortunadas marañas ideológicas que efectivamente endulzan el presente, pero que ensombrecen nuestro legado haciéndolo incomprensible.
[1] “Black Lives Matter” es un movimiento afroestadounidense que vandaliza estatuas para reivindicar paradójicamente los derechos afroamericanos frente a la supremacía blanca.
[2] https://www.hispaniccouncil.org/wp-content/uploads/Informe-THC-Columbus_Day-Digital.pdf
[3] El español: una lengua viva. Informe 2020 https://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_20/informes_ic/p01.htm (28/06/2021).
[4] Informe de la Real Academia de la Historia sobre la Primera Circunnavegación a la tierra https://www.rah.es/informe-de-la-real-academia-de-la-historia-sobre-la-primera-circunnavegacion-a-la-tierra/ (21/06/2021).
[5] Extracto de una conversación entre Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia, y María Elvira Roca, autora de Imperiofobia y Leyenda Negra, en el contexto de un evento en la Casa América titulado “El mundo panhispánico: abriendo caminos” https://www.youtube.com/watch?v=M3F0zADLTbI (30/06/2021).
Bibliografía
Barea, Elvira Roca (2016) Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español (Vol. 87). Siruela.
Cortés Ferreira, Cleyton Edison (2020) “Patrimonio e Identidad: la quema de la estatua de Francisco de Aguirre”. Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural, 33.
de las Casas, Fray Bartolomé (1552) Brevísima relación de la destrucción de las Indias.
Doval, Gregorio (2009) Breve Historia de los indios norteamericanos. Nowtilus.
Elliott, J. H. (2017) Imperios del mundo atlántico: España y Gran Bretaña en América (1492-1830). Taurus
Geiger, Maynard (1959) The Life and Times of Fray Junipero Serra, O.F.M., The Man Who Never Turned Back (1713-1784). Academy of American Franciscan History.
Ibáñez, A. G. (2018) La leyenda negra: historia del odio a España. Almuzara.
Ortiz, Sonia M. Cueva Ortiz (2010) Espacio público y patrimonio: análisis de las políticas de recuperación en el centro histórico de Quito. Flacso-Sede Ecuador.
Rios Saloma, Martín (2021) “Conquista, ¿qué conquista?. Notas para una revisión y crítica historiográfica”, en Emilio Lamo Espinosa (ed.) La disputa del pasado: España, México y la leyenda negra. Turner.
Roselló Cerezuela, David (2004) Diseño y evaluación de proyectos culturales. Ariel.
Saavedra Inaraja, María 2020 ¿Columbus Day? Sí, gracias. Manual práctico para entender la figura de Cristóbal Colón. The Hispanic Council.
Vélez Cipriano, Iván (2014) Sobre la leyenda negra. Encuentro.