Por Maria Isabel Hernández Figueroa
22/08/2023
El Real de a Ocho, también llamado el «peso de ocho reales», fue una moneda de plata emitida por la Monarquía Española y difundida por esta globalmente, desde 1497, se mantuvo durante más de tres siglos. El Real de a Ocho, pronto se empezó a acuñar en muchos países como China, Japón, Corea, la India y las Antillas británicas, entre otros.
Este Real de a Ocho también fue conocido como la moneda de los rebeldes norteamericanos que lucharon contra Inglaterra. Estos rebeldes en su lucha por la independencia, emitieron papel moneda respaldado por la promesa de futuros pagos en plata española de calidad («Spanish milled dollars»). Una vez que estos lograron su independencia y establecieron su propio país, crearon también moneda propia en 1792, el dólar. Esta nueva moneda fue modelada en base al Real de a Ocho español. Sin embargo, la gente continuó prefiriendo la confiable plata española.
Esta moneda desempeñó un papel fundamental al servir como divisa obligatoria para la referencia de las monedas circulantes en otros Estados de la misma época, permitiéndoles participar en el comercio que abarcaba los cinco continentes. El Real de a Ocho fue utilizada en todo el mundo, pero sobre para el comercio entre la metrópoli y las Indias, convirtiéndose en el principal producto de exportación español. De esta manera, el Real de a Ocho se convirtió en un elemento unificador en el comercio internacional y en un símbolo de la influencia económica y la interconexión lograda por la Monarquía Española a lo largo de sus territorios.
Durante tres siglos, el Real de a Ocho funcionó como moneda de reserva, estableciéndose como la primera moneda de gran alcance en todo el mundo. Mantuvo esta posición hasta ser eventualmente reemplazada por la libra esterlina en el siglo XIX, y más tarde, a partir de 1944, por el dólar estadounidense. Efectivamente, el Real de a Ocho alcanzó el estatus de moneda de reserva a nivel mundial. Durante el siglo XVIII, se estima que alrededor del 50% de todo el dinero en circulación en el mundo estaba compuesto por esta moneda. Su amplia aceptación y valor uniforme en diversas regiones contribuyeron a su prominencia como medio de intercambio en el comercio internacional, consolidando su influencia y alcance a lo largo de este período histórico.
El término «real» es relativo a la “realeza”; el término «ocho» se refiere al valor de la moneda en comparación con otras monedas. Un «Real de a Ocho» se dividía en ocho «reales de a uno», y a su vez, cada uno de estos «reales de a uno» se subdividía en cuatro «maravedís». Esta estructura de división facilitaba los cálculos y las transacciones comerciales, ya que las unidades estaban claramente definidas en proporciones que permitían ajustes precisos en las operaciones cotidianas. Los ingleses denominaron esta moneda como la ‘Pieza de a Ocho’, la cual estaba compuesta principalmente de plata pura. Con un peso cercano a los 28 gramos, equivalía a ocho reales de plata. En su etapa final, su valor se equiparaba a 20 reales de vellón.
Símbolos representados
Veamos ahora la moneda de plata que Carlos III acuñó en Bolivia en 1768. Esta tenía un peso de 27,468 gramos, una pureza de 0,93055%, y un valor de ocho reales.
En el reverso de la moneda, se encuentran inscritos el nombre y título del rey junto con las marcas técnicas utilizadas para identificar y verificar la autenticidad de la plata. Estas marcas solían ser las iniciales de los encargados de supervisar el peso y la calidad. Aquí observamos el escudo de la Corona de Castilla, y las dos columnas de Hércules -elemento distintivo a partir de 1535. Entre las columnas se encuentran representados los dos hemisferios bajo la Corona de España, acompañados por la frase «Vtraque Vnvm», (De dos, se hizo uno), expresión que hace referencia la gobernanza española sobre los dos mundos, el antiguo y el nuevo. En el siguiente mapa vemos representadas las mencionadas columnas en la zona de Gibraltar.
En el mapa de Konrad Peutinger, que sigue la versión de Miller de 1916, se visualiza el Estrecho de Gibraltar en forma de Columnas de Hércules. En este mismo mapa, se pueden distinguir las antiguas ciudades romanas en Andalucía, tales como Onuba (Huelva), Caditana (Cádiz), Corduva (Córdoba), Belone (Bolonia), Calpis (Gibraltar), Malaca (Málaga), Hispalis (Sevilla), Itálica, Hilipa (Alcalá del Río) y Carmone (Carmona). Asimismo, se identifican los ríos Guadalquivir (llamado Rio Betis) y Guadiana (llamado Rio Ana). Hércules, el hijo de Júpiter en la mitología griega, se vio envuelto en un trágico episodio en el que, en un momento de locura, acabó con la vida de sus propios hijos, y para redimirse, fue condenado a realizar doce trabajos durante un período de doce años para el Rey Euristeo, por quien sentía un profundo odio. Uno de los desafíos más peligrosos que Euristeo le encomendó a Hércules fue viajar a Andalucía y robar todas las vacas y bueyes del Rey Gerión, un ser con tres cuerpos, tres cabezas y seis brazos.
Bárbara Rosillo, doctora en Historia del Arte, en un artículo que escribió el 26 de julio de 2016, en su blog «Arte y demás historias», explica que “las Columnas de Hércules simbolizaban el límite del mundo conocido” en la antigüedad, y que surgieron leyendas entre los fenicios para disuadir a sus rivales de explorar por dicha zona. Estas leyendas insistían en que navegar más allá del Gibraltar era imposible por la presencia de monstruos horribles y por las temperaturas del agua, lo que provocaba el naufragio de las embarcaciones. Esta creencia impulsó más delante, que la representación de las columnas incorporara una banda o una cinta que donde podía leerse «Non Plus Ultra» (nada más allá). Pero españoles y portugueses demostraron mediante sus travesías, que el océano sí era navegable, por lo que Carlos V incorporó las columnas de Hércules a su escudo de armas, pero con la inscripción «Plus Ultra» (más allá), afirmando que el Imperio Español efectivamente había trascendido esos límites.
Los símbolos que actualmente representan al dólar tienen dos orígenes, según explica De Francisco Olmos. Uno de ellos es de naturaleza escrita y se relaciona con la abreviatura de la palabra «peso». El otro es de carácter iconográfico y proviene de las columnas de Hércules, presentes en todas las monedas de plata españolas del siglo XVIII, junto con el lema «Plus Ultra». En la evolución hacia los símbolos del dólar, los elementos hispánicos, como los mundos y mares de Felipe V y el escudo real de Carlos III, fueron eliminados, y las columnas se unieron, con la cinta del «Plus Ultra» formando una «S».
Esta asociación es aún más evidente al observar representaciones de las columnas de Hércules en otros contextos, como en el detalle de la Catedral de Santo Domingo. Ejemplos similares se pueden apreciar en muchos otros edificios clásicos españoles, como el Real Alcázar de Sevilla (izquierda) o el Ayuntamiento de la misma ciudad.
El símbolo en la moneda ha perdurado hasta nuestros días, manteniendo las columnas de Hércules españolas con un significado de gran relevancia en la historia global. Durante más de 300 años consecutivos, el Reino de España fue la principal casa de acuñación de moneda en el mundo. El Real de a Ocho de plata se estableció como la moneda universal del comercio durante tres siglos, logrando la más prolongada duración jamás alcanzada por una moneda de referencia.
De esta manera, la historia de las columnas de Hércules y el Real de a Ocho continúa influyendo en el presente a través de la evolución de la moneda digital respaldada por la plata, una iniciativa reciente que busca fusionar la rica tradición histórica con las innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo. Actualmente existe un proyecto en marcha promovido por Javier López cuyo objetivo es crear y fomentar el uso de una renovada real de a ocho, pero en este caso digital, una criptomoneda con la diferencia de que esta ceca hispana tiene como referencia a la plata, es decir, como patrón de la esta moneda, lo que subsanaría la problemática de las criptomonedas que adolecen de referencia física que las respalde. Para saber más sobre este proyecto puedes visitar https://twitter.com/CecaHispana.
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Solo un aclaración, en el vídeo se dice que el Imperio español tuvo colonias en latinoamérica. Lo cierto es que se trata de Virreinatos, no colonias. La diferencia es que los Virreinatos estan en igualdad de derechos con España, porque los Virreinatos eran una parte más del Imperio. Las colonias en cambio, hacen referencia una política extractiva, que no fue el caso. Por otra parte, el término Latinoamérica, aunque muy extendido, es incorrecto históricamente. Los especialistas prefieren utilizan los términos Hispanoamérica o Iberoamérica.
Bibliografía
Trapero, D. M. R. (2005). El Real de a Ocho: su importancia y trascendencia. IV Jornadas Científicas sobre Documentación de Castilla e Indias en el siglo XVI, 357-378.
Vilaplana Persiva, M. (1997). Historia del Real de a Ocho. Murcia, Universidad de Murcia
http://www.mifami.org/eLibrary/PeutingerMapLabels-7.6MB.jpg
https://barbararosillo.com/2016/07/26/real-de-a-ocho/
https://urbancomunicacion.com/de-donde-vienen-los-simbolos-de-las-monedas/
https://www.eldebate.com/espana/20211226/columnas-primer-dolar-norteamericano.html